En pos de mi seguridad pienso mantener dos reglas. La primera, escribir en mi idioma natal y no en la lengua que aquí llaman "common", a manera de hacerle un poco más difícil la tarea a quien pueda tenerlo entre sus manos sin ser miembro de mi cofradía. La segunda, no revelar aquí nada de mi pasado, pues suficientes problemas tengo ya.
Debo confesar que los eventos de los últimos días han resultado totalemente distintos a mis más delirantes fantasías. Dicen que las malas noticias se propagan más rápido que la viruela en un burdel, pero la verdad es que en el caso de estos Héroes, lo que se sabe y se comenta en los pueblos cercanos no se acerca en nada a la realidad.
Llegué a su castillo encargado con la misión de unirme a su grupo y ayudarlos en todo lo necesario. No soy un tipo desprendido, al contrario, suelo ser de los que trabaja sólo y poco le importa el bienestar de un grupo de aventureros... pero la manera en que se me plantearon las cosas me dejó claro que era imperativo ayudarlos o ya no quedaría siquiera un mundo en el cual gozar los frutos de mi profesión. Pero la verdad me está costando bastante aceptar que estas personas puedan ser los elegidos para rectificar el orden.
Desorganizados, caóticos, apresurados... y a veces simplemente tontos. Diplomáticamente negados, no sólo se atropellan unos a otros en las conversaciones (de manera que si uno está haciendo de milagro un buen trabajo, el otro se encarga de arruinarlo) sino que sus mensajes son inconsistentes. ¿Será una estrategia para que sus enemigos no puedan predecir sus movimientos?
En el poco tiempo que estoy con ellos se las han arreglado para ser atacados por sorpresa y saqueados en su propio castillo, han aceptado que un hechizero los trate de obligar mágicamente a realizar tareas en su nombre para luego retractarse y ganarse su ira, han dejado que el Alcaide del castillo y más de la mitad de sus vasallos mueran, incluso he descubierto que encontraron un Templo de los Antiguos Dioses en su territorio para dejarlo abandonado como quien encuentra un infiel al costado del camino... Y sin embargo se nota que tienen contactos de gran importancia en el mundo. He visto a los miembros del Consejo de Druidas dirigirles la palabra y a unos místicos hechizeros venir en su ayuda cuando las cosas se estaban poniendo feas. ¿Será que, al igual que el zorro tonto de los cuentos de niños, la virtud de este grupo de hombres consiste en hacer las cosas sin darse cuenta? ¿Será que todo no es más que una charada para mostrarse más vulnerables de lo que realmente son, mientras sus mentes ágiles consideran todas las ramificaciones de sus actos? ¿Será que los dioses los favorecen? Y si ese es el caso, ¿lo sabran ellos?
No existen palabras para describir la furia que se reflejaba en el rostro del hechizero traicionado mientras nos atacaba. ¡Qué poder! Si no hubiera sido por la ayuda externa de los místicos orientales la batalla habría terminado, con nuestra muerte, en sólo segundos. Como se dieron las cosas al menos los miembros del grupo están todos con vida y me dicen que ya encontraron a un sacerdote que nos ayudará en el futuro. Yo no puedo dejar de pensar en el Templo ¡Los secretos! ¡El destino! Y pensar que a ellos ni les interesaba entrar y prefirieron esperar afuera mientras Alesco, sus guardias y yo nos aventurábamos en su interior. Y peor aún, me parece que quieren dejarlo olvidado una vez más mientras se dedican a perseguir otras pistas. ¿Es que no entienden acaso que de nada sirve dibujar en la arena cuando hay una ola que se aproxima?
Debo dejar estas páginas por ahora, los minutos han pasado sin que me de cuenta y me esperan abajo. Si sobrevivo a la batalla de esta noche, regresaré para seguir contando lo que encuentre.
EEEEEEEEEEEPIC! Recien lo leo!!!
ResponderEliminar"no entienden acaso que de nada sirve dibujar en la arena cuando hay una ola que se aproxima?" lo fue todo.